La función de una incubadora neonatal es proporcionar al recién nacido un ambiente térmicamente cómodo. Para un bebé cuyo nacimiento se produjo prematuramente, es necesario tener un ambiente térmicamente neutro, similar al útero materno.

A través de la realización de un sistema de control de temperatura y humedad, se puede garantizar al recién nacido un entorno favorable al crecimiento y resistencia contra las enfermedades debido al desequilibrio térmico. Por lo tanto, un control adecuado de la temperatura y la humedad relativa se asocia con la comodidad del recién nacido.

La incubadora puede entenderse como un ambiente cerrado donde permanece el recién nacido. Se encuentran sensores que miden la temperatura y la humedad relativa. Estas variables se controlan mediante señales moduladas de ancho de pulso (PWM) aplicadas a una resistencia de calentamiento y un humidificador ultrasónico. Estos dispositivos se utilizan para realizar la circulación de aire dentro de la incubadora y por lo tanto es posible controlar la temperatura y la humedad relativa.

Varias técnicas de control han sido estudiadas, probadas y probadas con éxito en la incubadora neonatal. La interdependencia entre la temperatura y la humedad relativa interna permite, por ejemplo, el estudio de sistemas en los que se controlan múltiples variables y el retraso del transporte existente requiere el uso de técnicas de compensación de retardo.

El grupo de investigación en Control de Automatización y Robótica (GPAR) cuenta con un prototipo y un modelo comercial de incubadora neonatal donde se realizan los estudios de control de temperatura y humedad relativa.